REPERCUSIONES DE LA REVUELTA HUNGARA DE 1956 EN BUENOS AIRES
Lo siguiente se puede leer en la voluminosa obra "BORGES" de Adolfo Bioy Casares, entrañables amigos. Jorge Luis Borges durante décadas supo cenar en casa de Bioy y de su mujer Silvina Ocampo. Sábado, 27 de octubre (1956). Comen en casa Borges y Peyrou. Borges, inquieto porque sus sobrinos están enfermos, con mucha fiebre. Ante las noticias de Hungría, estamos todos un poco exultantes y exaltados. Peyrou piensa que tal vez dentro de cinco años se habrá derrumbado todo el imperio soviético; que la misma Rusia se verá libre de los comunistas. BIOY: «¿Y quién sabe si esto no es el comienzo del fin, si no es el 16 de junio?». BORGES: «Es una grieta bastante visible:». Pensamos cómo reaccionarán los comunistas que conocemos: María Rosa Oliver, Estela Canto y Miguel Angel Asturias. BORGES: «Cómo queda el imperialismo de la United Fruit, que ese farabute de Asturias denuncia valientemente, en comparación con la represión de tanques y ametralladoras de los rusos en Hungría»