EL RATÓN Y LAS ANTIGUAS CREENCIAS
En el Alto Egipto se han descubierto cuerpos que estaban enterrados en playas cálidas y secas hace 60 siglos. No sólo han permanecido los huesos, la piel, el pelo, los músculos y los ojos, sino incluso órganos internos. El contenido de los estómagos e intestinos los ha examinado el doctor Netolitzky, científico ruso, que comprobó de esta forma los alimentos que comía el antiguo pueblo.
El profesor Elliot Smith (Los Antiguos Egipcios) escribe: "La presencia ocasional de restos de ratones en los conductos alimentarios de los niños en circunstancias que demuestran que se habían comido al pequeño roedor después de pelarlo es un descubrimiento de gran interés porque el doctor Netolitzky me informó de que el cuerpo del ratón era el último recurso de los médicos en el Este de varios milenios más tarde como el remedio para los niños 'in extremis'.
Hasta hace relativamente poco tiempo el hígado del ratón era "el remedio de la abuela" para los niños enfermos de gravedad en las Tierras Altas escocesas.
Las mujeres que manifestaban tener experiencia sobre la eficacia de la cura del ratón dieron esta información al escritor en más de una localidad, mucho antes del descubrimiento egipcio.
Las cenizas de un ratón asado vivo se utilizaban en Suffolk para curar el reumatismo. En Lincolnshire daban ratones fritos a los niños que sufrían de tos ferina y de anginas. Según Henderson (Folklore en los Condados del Norte de Inglaterra), el que padecía la tos ferina en los condados del Norte tenía que sentarse sobre un burro, mirando hacia la cola, mientras se comía el ratón.
La costumbre de enterrar un ratón vivo en un fresno para curar a los niños o hechizar al ganado contra las agresiones, prevalece en Leicestershire.
Una costumbre parecida se da en Escocia, donde se cree que el ratón musaraña paraliza un miembro si casualmente se ha deslizado por él. El temor tradicional de las mujeres a los ratones resulta interesante a este respecto.
En los condados del nordeste de Escocia el ratón asado curaba el resfriado y el dolor de garganta.
En Egipto el ratón está asociado con el dios lunar Thoth, que curó a Horus cuando fue mordido por el escorpión, recobró la vista en su ojo cegado por el cerdo negro Set y ayudó a unir los fragmentos del cuerpo de Osiris.
En Grecia el ratón está asociado con Apolo. Los romanos identificaron a este dios con el Sol, pero Homero le conocía como Smintheus ("protector contra las pestes de ratones") Apolo, "Ratón Apolo", quien clavaba a los griegos sus flechas de peste.
Según Estrabón, había muchos lugares que llevaban el nombre de ratón de Apolo.
Los banquetes de ratones se llevaban a cabo en Rodas, Gela, Lesbos y Creta.
En la India el ratón estaba asociado con Rudra, a quien el poeta rogaba en el Rigveda:
"Dame tus medicinas, Rudra,
para que mis años lleguen a 100."
Rudra, como Apolo, enviaba enfermedades, pero además era capaz de prevenirlas y curarlas.
Los banquetes de ratones a los que se refieren los escritores antiguos podían haberse celebrado para asegurar larga vida entre los que, como los egipcios, relacionaban al ratón con la Luna, la fuente de la fertilidad y del crecimiento, y el que medía los días del hombre.
El dios lunar egipcio Khonsu fue el médico divino y el dios del amor. De hecho todas las deidades de la fertilidad curaban enfermedades.
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