EL CARÁCTER DE LA ALQUIMIA HINDÚ

 

La alquimia hindú no es una pre-química, sino una técnica solidaria de otros métodos de la "fisiología sutil" elaborada por el Hatha-Yoga y el tantrismo y que persiguen una finalidad análoga: la transmutación del cuerpo y la conquista de la libertad. 

Esto resalta incluso en un texto como el RASENDRACINTÂMANI, que da el mayor número de indicaciones sobre la preparación y uso del "mercurio muerto".

Veamos el pasaje esencial: "Cuando el mercurio es matado con una cantidad igual de azufre purificado se vuelve cien veces más eficaz; cuando se le mata con una cantidad doble de azufre cura la lepra; muerto con una cantidad triple cura la fatiga mental; muerto con una cantidad cuádruple cambia los cabellos blancos en negros y hace desaparecer las arrugas; muerto con una cantidad cinco veces mayor cura la tisis; muerto con una cantidad seis veces mayor se convierte en una panacea para todos los males del hombre".

Es fácil darse pronta cuenta del valor "místico" de todas estas operaciones. Su valor científico propiamente químico es nulo.

Esto no quiere decir que los hindúes hayan sido incapaces de descubrimientos "científicos". 

El alquimista hindú, lo mismo que su colega occidental, ha constituido los elementos de una pre-química desde el momento en que, abandonando el terreno de referencia estrictamente tradicional, se aplicó a estudiar objetivamente los fenómenos y a experimentar con ánimo de completar sus conocimientos de las propiedades de las materias. 

Los sabios hindúes han sido capaces de observaciones exactas y de un pensamiento científico, y varios de sus descubrimientos incluso han sobrepasado a los de Occidente. 

Los hindúes conocían desde el siglo XII la importancia de los colores de la llama para el análisis de los metales. 




Según P. C. Ray, los procesos metalúrgicos fueron descritos con mayor exactitud por los autores hindúes tres siglos antes de Agripa y Paracelso. En la farmacopea los hindúes habían llegado a resultados impresionantes. Por ejemplo, recomendaron mucho tiempo antes que los europeos el uso de los metales calcinados. 

Fue Paracelso el primero que se esforzó en propugnar el uso interno del sulfuro de mercurio, remedio que ya se utilizaba en la India en el siglo X.

En cuanto al uso interno del oro y otros metales, está atestiguado suficientemente en la medicina hindú a partir de Vâgbhata.

Según P. C. Ray, Vrinda y Cakrapâni, inauguran el período de transición de la medicina hindú, durante el cual el uso de las sustancias minerales arrebata la supremacía a las sustancias vegetales de la época precedente. Subsisten, empero, influencias tántricas en la obra de estos dos autores, que recomiendan gestos y fórmulas propias del culto tántrico.

Es en la época que sigue al período tántrico, y que Ray llama iatro-química, donde se manifiestan preocupaciones más "científicas", o sea más empíricas.

La búsqueda del Elixir y otras preocupaciones "místicas" desaparecen para dejar lugar a recetas técnicas de laboratorio.


Mircea Eliade: HERREROS Y ALQUIMISTAS

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