EL ORIGEN DE LA PRODUCCIÓN CEREALERA EN LA ARGENTINA
Cuenta la crónica que en 1527 el marino veneciano Sebastián Gaboto mandó a Sebastián de Reyna llevar en su mano 50 semillas de trigo, y con metódicas precauciones realizar la primera siembra de este cereal en territorio argentino, en la actual zona de Puerto Gaboto (sur de Santa Fe). Con solemne prosa Soler relata aquel acontecimiento fundacional :
“Sebastián Gaboto dio la orden de desmontar una porción de tierra para dedicarla a la siembra de las semillas europeas que él había traído. El desmonte ya había comenzado con la tala de grandes árboles que se habían utilizado para el muro y construcción del fuerte y que se amontonaban para hacer la empalizada de la ciudad en gestación. La idea de colonizar se incubaba en Gaboto desde su embarque en España y si bien ya había un punto de partida para la iniciación de una colonia maicera, dada las posibilidades naturales de este cereal autóctono, quiso ensayar con el trigo que había traído cuidadosamente en sus bodegas y había preservado a toda costa durante las penurias que tuvieron que pasar sus barcos en las costas del Brasil. Amante del orden y de la disciplina Gaboto escogió a uno de sus hombres para encargarle esta tarea. Se llamaba Sebastián de Reyna y fue nuestro primer agricultor”.
De este modo, la epopeya del cereal gestada en la llanura santafesina a finales del siglo XIX, tiene como antecedente singular la proeza de Gaboto. En 1860 Estados Unidos fue el primer exportador mundial de trigo a Europa hasta que la India le disputó ese mercado junto con Rusia. Rumania, Bulgaria, Canadá y Australia. A finales del siglo XIX, Argentina se sumó al lote de los mayores productores y exportadores.
En el primer quinquenio del siglo XX Estados Unidos exportó seis veces más trigo que Argentina, pero desde entonces Argentina lo superó a excepción de 1908.
Marcelo Pafundi: HISTORIA DE SERODINO
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