AVELLANEDA. POLÍTICA Y DESARROLLO SOCIO-POLÍTICO EN LAS PRIMERAS DÉCADAS DEL SIGLO XX


En 1904 por Ley Nacional pasa a llamarse Avellaneda y ya en 1914 era la mayor ciudad industrial y obrera de la Argentina. La industria siguió creciendo, diversificándose y modernizándose.

En 1931, el Padrón Municipal registró 6.500 establecimientos industriales, en 1935 se registraban 7321 y en 1943 ascendía esa cifra a 9938. En 1947 había establecimientos industriales de distintos rubros, destacándose la rama de la alimentación con 4 frigoríficos y 2 molinos harineros; y le seguía la industria metalúrgica, tornerías, grandes talleres de laminación y variedad de pequeños talleres.

Fuente: Unión Industrial de Avellaneda

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El distrito de Avellaneda se había definido tradicionalmente por ser un centro suburbano, separado de la Capital Federal por el Riachuelo y esencialmente industrial. La radicación de saladeros, depósitos de lanas y cueros, graserías y posteriormente frigoríficos junto con el establecimiento de una extendida estructura portuaria en el último del siglo XIX habían dejado su fuerte impronta en el desarrollo de los asentamientos urbanos al sur del Riachuelo y ,desde 1904, como Avellaneda.

En las primeras décadas del siglo XX el funcionamiento de 4 frigoríficos y la radicación de establecimientos industriales (textiles, barracas, curtiembres) que no respetaban un corpus determinado de reglamentaciones que regularan la ocupación urbana, dejaron su huella en una traza caracterizada por la fragmentación del ejido urbano y el levantamiento de barrios y villas que seguían los criterios de la especulación inmobiliaria.(*)
El proceso de expansión industrial se reflejaba en, de acuerdo con el Padrón Municipal de 1947, en la radicación de 1309 establecimientos industriales, entre ellos 4 frigoríficos, 2 molinos harineros, industrias metalúrgicas y 105 curtiembres.
Hacia 1940, la población del partido de Avellaneda había experimentado un marcado crecimiento, pasando de los 78.637 habitantes de 1927 a 372.882 en 1931 y, aproximadamente, 400.000 en 1940.
El crecimiento poblacional de la zona (Avellaneda, Lanús, etc.) se inserta en el contexto más amplio de la inmigración rural masiva hacia los suburbios del área metropolitana provocada por el crecimiento industrial y la instalación de nuevos industrias en la zona. Específicamente en Avellaneda, sobre un total de 518.000 habitantes en 1947, más de 173.000  habían nacido fuera de la ciudad o de la provincia de Buenos Aires.(**)
La expansión industrial y el escaso control estatal sobre las formas que asumía la extensión de la traza urbana colocaron a los trabajadores urbanos frente a los problemas característicos de una rápida urbanización.
Dos testimonios de actores locales sirven al propósito de describir rápidamente las condiciones de vida de los barrios y villas y de sus necesidades edilicias.




En junio de 1943, la sociedad de fomento de un barrio netamente obrero como Crucecita Este incluía en el listado de acciones consideradas prioritarias por la asociación el ensanchamiento de arroyos, los servicios de aguas corrientes, el levantamiento de las vías férreas, la apertura y pavimentación de calles y la condonación de deudas a los vecinos.
Un mes más tarde, los Centros Socialistas de Avellaneda entregaban un memorial al Comisionado Municipal en el cual abordaban los problemas que debían ser atendidos por las nuevas autoridades municipales, entre ellos la mejora de la asistencia social, la inspección a los establecimientos industriales, las obras de saneamiento urbano y aguas corrientes y la transitabilidad de las calles.
En lo que podía entenderse como una rápida descripción de los mecanismos que sustentaban a las administraciones conservadoras de las décadas anteriores, los centros socialistas también instaban a las autoridades surgidas del movimiento militar de junio de 1943 a terminar con "la práctica nefasta del favoritismo o del acomodo, que tanto imperio tomó en las reparticiones públicas y en las mentes de vecinos ingenuos o equivocados".
Efectivamente, a excepción de un breve período entre 1917 y 1922 en el cual radicales -gracias a la intervención provincial de 1917- y socialistas -gracias a los votos de los concejales conservadores- gobernaron Avellaneda, los conservadores controlaron la administración municipal durante los primeros cuarenta años del siglo XX.
Pero no es solo el control conservador lo que definió a la política local hasta 1943, sino el dominio ejercido por los hermanos Barceló, en especial Alberto, sobre el aparato municipal y las características específicas asumidas por aquél las cuales dieron forma en Avellaneda a una variante del "populismo oligárquico" o "conservadurismo popular".
Éste habría consistido en un conjunto de prácticas tales como los intercambios desiguales propios de las relaciones patrón-cliente, el fraude, la violencia política y la represión policial para cooptar a sectores amplios de la población.(***)
A comienzos de los años '20, Barceló se había constituido en la cabeza de la escisión (el Partido Provincial formado en 1923) que competiría exitosamente contra el Partido Conservador y los radicales en la sección 3a. (especialmente en Avellaneda y Lomas de Zamora).
Durante los años '20, el caudillo conservador de Avellaneda se encontraba entre aquellos jefes locales que, gozando de un fuerte arraigo local, preferían construir una relación relativamente armoniosa con los gobiernos provinciales radicales y conservar, así, el predominio en el ámbito local.
De manera directa o indirecta, Barceló controló las riendas del gobierno municipal entre 1922 y 1943.
En la primera mitad de la década del '30, el caudillo local se encontró entre aquellos diputados nacionales conservadores que combinaron la participación en cargos legislativos nacionales con las tareas más pedestres del gobierno municipal o la presidencia de los comités de distrito.
Cercano a Marcelo Sánchez Sorondo, en 1940 procuró infructuosamente hacerse de la gobernación de Buenos Aires en elecciones que habían seguido "el dilema de hierro" de toda la década del '30: "fraude o peludismo".
Aunque no todos hubieran coincidido con Esteban Habiague, periodista e inspector de policía estrechamente conectado con el caudillo local, cuando afirmó que "el crecimiento de Avellaneda se debe todo a los Barceló", la declinación física y posterior desaparición del jefe local en noviembre de 1946 daría lugar a especulaciones sobre la suerte política del municipio tan estrechamente ligado al liderazgo barcelonista.


Martín Castro: DISPERSIÓN LABORISTA, COHESIÓN "RENOVADORA" Y REDUCCIÓN A LA UNIDAD EN LOS ORÍGENES DEL PARTIDO PERONISTA EN AVELLANEDA (1945-1948)


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(*) Sobre el papel de los rematadores de tierra (como los hermanos Fiorito) en la venta de lotes en zonas inundables véase ENTREVISTA A ESTEBAN HABIAGUE, Proyecto de Historia Oral, Instituto Torcuato Di Tella.
(**) En estas cifras parece incluirse a Lanús, que había conformado un nuevo partido en 1944.
(***) Un estudio de Pablo Fernández Irusta discute los alcances del fraude y el clientelismo político en el predominio barcelonista y argumenta que el liderazgo de Barceló también se basó en prácticas políticas más modernas y en la adopción del "discurso demagógico propio de las democracias masivas".

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