LA EDUCACION EN LA EDAD MEDIA
En la Edad Media había poca diferencia en la educación que recibían los niños de diferente condición.
Los hijos de los vasallos más humildes se educaban en la mansión señorial junto a los del señor.
Los hijos de los burgueses ricos estaban sometidos al mismo aprendizaje que el del más humilde artesano si querían atender a su vez el comercio paterno.
Esta es la razón por la cual hay tantos grandes personajes de origen humilde. Suger, que gobernó Francia durante la cruzada de Luis VII, era hijo de siervos.
Maurice de Sully, el obispo de París que hizo construir la iglesia de Notre-Dame, nació de un mendigo.
San Pedro Damián fue porquero en su infancia, y Gerbert d'Aurillac, una de las luces más fulgurantes de la ciencia medieval, fue también pastor.
El papa Urbano VI era hijo de un zapatero de Troyes, y Gregorio VII, el gran papa de la Edad Media, de un pobre cabrero.
A la inversa, muchos señores son letrados cuya educación no debió diferir en mucho de la de los clérigos: Roberto el Piadoso componía himnos y secuencias latinas. Guillermo IX, príncipe de Aquitania, fue el primero de los trovadores. Ricardo Corazón de León nos dejó poemas, lo mismo que los señoes de Ussel, de Baux y muchos otros.
Los escolares más dotados optan naturalmente por la Universidad. La eligen según la rama que les atrae, porque cada Universidad tiene su especialidad.
En la de Montpellier es la medicina, y desde 1181 el señor de esta ciudad, Guilhem VII, otorgó la libertad de enseñar este arte a cualquier particular, sin importar quién fuera ni de dónde viniera, siempre que presentara suficiente garantía de saber.
Orléans tiene la especialidad del derecho canónico, y Bolonia del derecho romano. <pero ya entonces "nada puede compararse con París", donde la enseñanza de las artes liberales y la teología atrae a los estudiantes de todas partes: de Alemania, Italia, Inglaterra, e incluso de Dinamarca o de Noruega.
Estas universidades son creaciones eclesiásticas, la prolongación en cierto modo de las escuelas episcopales, de las que se distinguen en el hecho de depender directamente del Papa, y no del obispo local.
Régine Pernoud: A LA LUZ DE LA EDAD MEDIA

 
 
 
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