LOS RELATOS SOBRE EL ORIGEN DEL MUNDO

 

Existen numerosas variantes en los relatos sobre el principio del mundo. El paradigma está constituido por el texto babilonio varias veces mencionado, el poema de la creación que se recitaba durante la fiesta babilonia del año nuevo.

En Egipto no hallamos un único texto paradigmático, sino varios grupos de textos, plenamente desarrollados o más bien de un carácter alusivo, que normalmente reflejan la posición de un santuario en particular: la cosmogonía de Heliópolis, de Menfis, de Hermópolis, etc.

En ámbito hitita tenemos el Kumarbi, especialmente cercano a Hesíodo.

No se debe olvidar el inicio de la Biblia, que, por si fuera poco, presenta la cosmogonía en dos relatos distintos. 

La cosmogonía tiene un carácter altamente especulativo. Pero la forma exterior de la narración es ingenua, objeto de desprecio para los antropólogos. En un principio no existía el mundo, luego aparecieron el Cielo y la Tierra, y los dioses, y los hombres, y sus relaciones fueron reguladas. 

También en Grecia los llamados primeros filósofos no desdeñaban este género de historias: "todas las cosas estaban unidas", empieza Anaxágoras, "y cuando estaban unidas, no había nada visible porque la niebla y un halo brillante lo envolvían todo".




En la noción de "principio", un principio de donde todo debe surgir, debe verse una conquista especulativa. El lenguaje arcaico típico no posee por regla general una palabra para "mundo" y suele enumerar los elementos constitutivos fundamentales, sobre todo el cielo y la tierra: "en un principio el Señor creó el cielo y la tierra".

Ulteriores conquistas especulativas son la inversión y la antítesis. Si empezamos a contar la historia del "principio" de todo, debemos borrar primero de nuestra mente el "todo", nuestro mundo, pueblos y animales, casa y árboles, montañas y mares, cielo y tierra.

De este modo, el comienzo típico de un mito cosmogónico viene representado por una sustracción: hay un solemne y reiterado "aún no".

Un texto procedente de las pirámides egipcias dice: "cuando el cielo aún no había sido construido, cuando la tierra aún no existía, cuando nada había sido aún construido".

¿Qué había?: "Tinieblas que cubrían el abismo", nos dice la Biblia. Una vorágine abierta de par en par, según Hesíodo, el khaos. La Noche, afirma la teogonía de Orfeo. El Infinito, parece que escribió Anaximandro. "Todas las cosas estaban unidas", leemos en Anaxágoras.

La respuesta más frecuente es: al principio estaba el agua. Esto no se limita sólo al mundo antiguo, sino que está atestiguado también en América.


Walter Burkert: DE HOMERO A LOS MAGOS

Comentarios

Entradas populares de este blog

LOS FRANCOS

EL ENIGMA DE MARCAHUASI EN PERÚ

LAS PRIMERAS LIBRERIAS EN LA ARGENTINA