LA PESCA MARÍTIMA ENTRE LOS VASCOS

 El investigador curioso puede reunir rápidamente las escasas noticias tocantes a la marinería de los pueblos del norte de España en la Antigüedad. Desde los galaicos hasta los vascones, todas las grandes unidades sociales que alcanzaban las costas atlánticas en los albores de la Historia, aparecen como muy poco interesadas y peritas en cuestiones de mar. 




Las grandes naves romanas espantaron más de una vez a las poblaciones costeras. Durante el Imperio y después algunos puertos fueron aprovechados con fines comerciales. Pero la realidad es que la pesca y la navegación vascas intensas y de altura surgen casi de repente, en un período bastante tardío y hay derecho a pensar que quienes enseñaron a los vascos los principios del arte náutico fueron los normandos, que irrumpieron en el suroeste de Francia durante el siglo IX.

Sin embargo, los tiempos no fueron propicios a un gran desarrollo de la náutica sino después, y alcanza esplendor cuando la Reconquista de la península llegó a líneas muy avanzadas hacia el sur.

El incremento de la pesca y de la navegación se halla relacionado de modo lógico con los hechos siguientes:

1º) Constitución de monarquías cristianas con poder en territorios amplios.

2º) Constitución de núcleos urbanos protegidos por el poder real.

3º) Florecimiento de la industria y el comercio en tales núcleos.

4º) Aumento de las redes de comunicación.

5º) Aumento de las necesidades alimenticias de las masas urbanas y del interior.

La caza decae a la par que decae el poder de la nobleza señorial. La pesca prospera a la par que la realeza y la burguesía. En los primeros tiempos de su florecimiento, se limitó a la de algunas especies que proporcionaban grasas o que podían salarse y conservarse sin miedo a la putrefacción rápida. Luego se vio ampliada.




Durante un período determinado, en días fijos del año, la Cristiandad debía ayunar o debía abstenerse de carnes. En la Cuaresma el pescado cubría las mesas de nobles y plebeyos.

El siglo XIV es de gran prosperidad y auge de todas las empresas marítimas vascas. Pero las primeras noticias que hay sobre ellas se remontan al siglo XI cuando menos y se refieren a Bayona.

En el Fuero de San Sebastián, refrendado por Sancho el Sabio de Navarra, se expresa la existencia de un término marítimo para pescar, propio del pueblo. Las confederaciones de marinos y pescadores surgen luego con profusión, desde Fuenterrabía a Santander.

En cuanto a los pescadores, varios tipos de ellos existieron en el pasado, entre los cuales sobresalen los balleneros y los pescadores de bacalao, de un lado, y los del litoral de otro.

Hasta el siglo XVIII las expediciones en busca de los grandes cetáceos se organizaron con regularidad, de suerte que el padre Larramendi todavía vio la partida de los arrojados nautas guipuzcoanos, en frágiles embarcaciones, hacia los puntos en que se había señalado su existencia, y describió, en forma animada, la lucha entre el arponero y el animal herido, cuya grasa era muy apreciada.

Desde entonces la pesca de ballenas ha ido disminuyendo. Su mayor auge debió de tener lugar en los siglos XIV y XV. Varios sellos de concejos marítimos de aquella época y anteriores los presentan como emblema y signo heráldico. 

(continuará)


Julio Caro Baroja: LOS VASCOS


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