ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE HOMERO - Wilhelm Thiele

 Desde la primera mención del nombre de Homero por Calino (700 a.C.) hasta las Conjeturas académicas del abate D'Aubignac (1665) nadie puso en duda la existencia del autor de la ILÍADA.

A mediados del siglo pasado, en cambio, fue opinión punto menos que general aquella que el gran filólogo Gottgried Hermann expresó en forma contundente al decir: "Nego Homerum fuisse" ("Niego que Homero haya existido").

La crítica actual nos presenta un Homero resucitado, grande e imponente, después de larga agonía.   Homero vuelve a ser una persona, una individualidad.



Este retorno a la creencia antigua, resultado de investigaciones recientes basadas en el análisis crítico (estético e histórico) de la epopeya griega y en los nuevos conocimientos suministrados por la arqueología no significa una vuelta a los "datos biográficos" que los escritores antiguos nos han transmitido. Todo cuanto la antigüedad creía "saber" sobre Homero carece en absoluto de valor científico.

Cierta tradición estable se observa en las indicaciones sobre el lugar de nacimiento. Sólo una de las "siete ciudades" que se disputaban el honor de ser la cuna de Homero, ha resistido victoriosamente la crítica moderna: Esmirna. Importante ciudad de la costa de Asia Menor, que antiguamente formaba parte de la Hélade.

Decíase que su padre era un dios, el río Meles (1), y su madre la ninfa Criteida. En Esmirna hubo, en efecto, un culto a Homero. Estrabón menciona un templo consagrado a su memoria.




A más de Esmirna, las "fuentes" antiguas se refieren a menudo y con cierto derecho a Quíos. Aunque hoy quede descartada como patria del poeta, es cierto que en aquella isla tenía hondo arraigo la tradición homérica, pues en Quíos el gremio de rapsodas se llamaba "Homéridas". (2)

Puede ser que Homero pasara un tiempo largo en Quíos. Puede ser, asimismo, que muriera en la isla de Ios, donde en la antigüedad solía mostrarse su tumba.

Más fantásticas aún son las especulaciones antiguas sobre la época en que vivió el autor de la Ilíada. Con los argumentos más variados se le ha declarado contemporáneo de la guerra de Troya, o perteneciente a la generación posterior a ella. Asimismo se le ubica en un período que dista de los sucesos de Troya por 100 o 400 años. O también se le tiene por coetáneo de Hesíodo, lo mismo que por anterior o posterior a éste. Finalmente, se cuenta que vivió en tiempos de Licurgo o en la era de Arquíloco (circa 650 a. C.).

Wilhelm Thiele: HOMERO Y SU ILIADA

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(1) De ahí que se le llame "Melesígenes": nacido de Meles. El nombre, según Ernst Maass, significa "nacido en el día llamado Melesia", fiesta en honor del divino río de la ciudad. Por lo tanto, Homero "sería ciudadano de Esmirna". Schadewaldt ve en Melesígenes el nombre verdadero y en "Hómeros" un apodo: "rehén" o "fiador".

(2) Finsler, siguiendo a Wilamowitz, alega que esa denominación nada tiene que ver con Homero, sino significa "compañeros". Sólo más tarde, cuando en general los recitadores de poemas épicos se llamaban Homéridas ("descendientes de Homero"), también los de Quíos habrían dado una nueva interpretación de su nombre.

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