LAS ISLAS DEL ATLANTICO NORTE EN EL MEDIOEVO

 El océano Atlántico durante la época medieval era considerado tenebroso pero no desierto. Estaba salpicado de islas legendarias que atraían a los espíritus aventureros. 

Las islas Canarias (llamadas así por la abundancia de perros -canes- en ellas) ya eran conocidas por los griegos y romanos en la Antigüedad, denominándoselas ISLAS BIENAVENTURADAS. Durante la Baja Edad Media volvieron a ser descubiertas, al igual que las islas del grupo MADEIRA y las AZORES. Éstas aparecen en mapas genoveses y catalanes del siglo XIV.

Otras islas que aparecen en tales mapas nunca se identificaron. Es el caso, por ejemplo, de la isla de San BALANDRÁN o BRANDÁN, donde supuestamente se refugió un santo bretón de ese nombre huyendo de las persecuciones. 

Otra isla célebre era la de BRASIL, también asociada con navegantes celtas. Cuando los portugueses llegaron al norte del actual Brasil lo denominaron así pensando que habían descubierta esa isla mitológica.

No menos famosa era la gran isla de ANTILLIA o ANTILLA, con las SIETE CIUDADES DE CÍBOLA, donde se habían retirado según cierta leyenda muchos visigodos (nobles laicos y obispos) que huían de la invasión musulmana de la península ibérica durante el siglo VIII. Todavía a mediados del siglo XVI los conquistadores españoles creyeron hallar en el norte de México rastros que los llevarían hacia esas míticas ciudades.

También debemos mencionar entre estas islas del Atlántico norte a la gigantesca GROENLANDIA, descubierta a fines del siglo X por el príncipe noruego Erik el Rojo, quien atravesó el Atlántico norte haciendo escala en Islandia. En el regreso fue directamente desde Groenlandia a Noruega, realizando la primer travesía transatlántica sin escala alguna. (*)

Desde Noruega y Dinamarca también salieron los vikingos ("hombres de los fiordos") que se desparramaron por las islas Británicas, Normandía y todo el litoral atlántico europeo hasta llegar al Mediterráneo, donde fundaron Estados en el sur de Italia y en Sicilia.

Los posteriores viajes escandinavos a Groenlandia están debidamente documentados. A mediados del siglo XI existían en Groenlandia casi 200 granjas, 2 monasterios y 12 iglesias. La cantidad de blancos habría llegado a unos 2000. También había muchos mestizos productos de la mezcla con los esquimales (o inuit), los "comedores de carne cruda".

Groenlandia es un topónimo germánico que significa tierra verde (Grünland). Durante el verano la costa, libre de hielos, se cubre con pastos de un verde intenso.

Desde Groenlandia los vikingos arribaron al norte de América. El hijo de Erik exploró la costa del Labrador (adónde asimismo llegarían en la Baja Edad Media los pescadores bretones y vascos, como así también a la isla de Terranova), denominándola MARKLAND ("tierra fronteriza"). Luego exploró el sureste de Canadá (Nueva Escocia) y el noreste de los actuales Estados Unidos (Nueva Inglaterra), a la que bautizó VINLAND, pues allí encontró viñas silvestres, además de grandes árboles y un clima templado, comparado con el de Groenlandia. Los habitantes que encontraron allí eran belicosos, fracasando la proyectada colonización.

Observamos así que en el transcurso de la era medieval el océano Atlántico fue atravesado por los escandinavos casi anualmente con sus convoyes que iban y venían desde Groenlandia. Dichas latitudes también fueron recorridas por Cristóbal Colón antes de plantearse su expedición más hacia el sur para dar con la India Tercera (que terminaría siendo Sudamérica).

Greg Haedowm

(*) Los vikingos llegaron a Groenlandia y Norteamérica durante el período denominado "Cálido Medieval", entre los siglos X y XIII, con temperaturas comparables a las del siglo XX y principios del XXI. Luego la temperatura registró un enfriamiento notable, entrándose en la "Pequeña Edad de Hielo", que concluyó a fines del siglo XIX. Por ende, podría presumirse que la retirada de los escandinavos se debió al cambio climático registrado por entonces.