CELTAS Y ESCITAS

 Entre los primeros pueblos con los que tomaron contacto con los celtas se hallan los ESCITAS, con quienes compartían frontera en su tierra natal. Fueron los escitas quienes enseñaron a los celtas a teñir y tejer la lana para hacer tartán.

El arte celta más primitivo imita claramente al escita y sin duda alguna fue este mismo espíritu de emulación el que llevó a los celtas a adoptar la costumbre de dejarse crecer unos mostachos tan grandes que -según decían entonces- les envían de filtro para las bebidas.




No menos significativo es que aprendieran de los escitas todo cuanto sabían sobre los caballos.

Heródoto dice que los escitas eran dados a decapitar y cortar las cabelleras de sus enemigos. De ello podría inferirse que iniciaron a los celtas en tal práctica, aunque en realidad es característica de casi todos los pueblos nómadas.

Lo que sí resulta evidente es la influencia que los escitas ejercieron sobre las costumbres funerarias celtas. Los enterramientos en carreta o carro hallados por todo el mundo celta demuestran una clara coincidencia con los hábitos escitas conocidos.




Incluso en la mitología podemos descubrir alusiones al respecto. Despertado por un grito en plena noches, Cuchulain sale corriendo afuera y se topa con una mujer montada en un carro y a un hombre con una vaca que camina a su lado. Cuando el héroe, guardián del ganado de la región, pide una explicación, por toda respuesta recibe acertijos, Cuando trata de subir al carro, éste se desvanece en el paisaje oscuro y vacío. Uno de los muchos elementos extraños del episodio es que el carro va tirado por un caballo con una sola pata, sostenido en pie gracias a una vara que le atraviesa el cuerpo y queda fijo en su sitio por una clavija incrustada en la testuz del animal.

Esto es imitación de una costumbre escita según la que, al enterrar a un jefe, daban muerte a su caballo, lo rellenaban y acoplaban al carro de batalla -donde reposaba el cuerpo del jefe-, y lo mantenían erguido entre las varas del carro gracias a un procedimiento similar al descrito.




Apenas podemos valorar la influencia escita sobre la visión que de lo sobrenatural tenían los celtas porque, en gran parte, ambos pueblos tenían raíces indoeuropeas comunes, y no es fácil aislar las características únicas y propias de cada uno de estos pueblos.

Aunque se ha comparado a los ENAREES escitas con los DRUIDAS, hay al menos una diferencia fundamental entre ambos. Los enarees eran, posiblemente, eunucos. Su nombre se traduce por "hombre-mujer" y vestían y hablaban como mujeres, al parecer en castigo por haber profanado a la Gran Madre Tierra.

El mito celta, por otro lado, habla de druidas casados y padres de familia, como Cathbad, que en su caso era padre de Conchobar, rey del Ulster.


Ward Rutherford: EL MISTERIO DE LOS DRUIDAS



Comentarios

Entradas populares de este blog

LAS CARRETERAS ROMANAS, LAS PIEDRAS MILIARIAS Y LA MANERA DE CONSTRUIRLAS

¿CUÁNDO SURGIÓ EL JUDAÍSMO?

JOSEPH CAMPBELL Y LA MITOLOGÍA