EL ORIGEN DE LOS INDOEUROPEOS

 Las tesis de Colin Renfrew, hasta hace un tiempo la predominante en cuanto a la cuestión del origen de los Indoeuropeos, por fortuna ya no goza de mucho crédito.

Las mismas son el fruto de teorías elaboradas con anterioridad por otros. Específicamente nos referimos a Vere Gordon Childe (1892-1957) y Marija Gimbutas (1921-1994), quienes a pesar de su indiscutible competencia y conocimiento en el campo arqueológico generaron más confusión en lugar de resolver los problemas de la paleo-etnología europea.

Corresponde efectuar un estado de la cuestión de esta disciplina desde el inicio del siglo XX. Hasta fines de la Segunda Guerra Mundial prevalecían las teorías alemanas sobre el origen nórdico de los indoeuropeos. Gustaf Kossinna era el principal sostenedor de esta teoría. A él se opuso desde 1926 Gordon Childe, que no podía aceptar por motivos ideológicos la tesis nórdica de Kossinna, que consideraba demasiado alemana y filo nazista.




Childe sostiene que los Indoeuropeos provenían de la zona de las estepas rusas y ucranianas situadas entre el Mar Negro, el Cáucaso, el Mar Caspio y el río Volga. Según el estudioso anglo-australiano la cultura de este pueblo es la denominada de los Kurganes ("túmulo", en ruso), también llamada de las Tumbas Ocres u Ocradas, por la costumbre de cubrir los cuerpos, colocados en féretros de piedra dentro del túmulo funerario, con ocre rojo. El ocre facilitaba la descomposición de los cadáveres y se fijaba sobre el esqueleto.

Naturalmente, tras la Segunda Guerra Mundial se asistió al ocaso de las teorías de Kossinna y a la difusión de las sostenidas por Childe, que entre tanto había adherido al marxismo.

Childe, además, desde 1936, desarrolló su teoría sobre la denominada "Revolución Neolítica". Sostenía que el Neolítico había sido una verdadera revolución, provocada por "necesidades económicas". 

Todo esto ha sido refutado, estando totalmente alejado de la realidad histórica. En efecto, no hubo ninguna revolución sino una lenta y progresiva transformación del sistema agregativo de los hombres mesolíticos, debido a motivos religiosos, culturales y políticos. 

Las nuevas dataciones de radio-carbón (ésta sí constituye una verdadera revolución) además han puesto en crisis su teoría kurgánica, en cuanto han revelado dataciones más antiguas en el norte que en las estepas.




Adriano Romualdi, en su libro sobre los Indoeuropeos, ha refutado esta teoría en varias ocasiones.

Childe se refugió en un escepticismo total y terminó suicidándose en Australia en 1957. No obstante, una discípula suya de origen báltico, Marija Gimbutas, retomó la tesis kurgánica. Entre 1956 y 1993 escribió una serie de artículos sobre la Cultura de los Kurganes. Prácticamente es la verdadera responsable de la elaboración de la teoría de la migración de los Indoeuropeos de la cultura kurgánica hacia toda Europa, el norte incluido. 

Ella tenía argumentos más serios que Childe, aunque luego se revelaran inconsistentes, siempre a través de las dataciones radiocarbónicas. 

Gimbutas desarrolló luego la famosa teoría de la Diosa Madre, sosteniendo una especie de feminismo neolítico pacifista, destruido por los violentos indoeuropeos armados de las hachas de combate y provenientes de las estepas.

Plantea, además, que ciertos signos presentes en los vasos neolíticos eran una prefiguración de la escritura de ideogramas.

Las ideas de Gimbutas también se desmoronaron ante la realidad de los hechos descubiertos por estudiosos más concretos.




Fue demolido su feminismo, luego su teoría sobre la escritura ideogramática y finalmente, mediante las dataciones de radio-carbón, la teoría kurganica en favor de la del norte europeo. 

Hacia 1980 aparece en escena Colin Renfrew (nacido en 1937). Dándose cuenta que la teoría kurgánica hacia agua por todas partes, inventó literalmente la teoría anatólica.

Según él, los Indoeuropeos serían originarios de Anatolia (Asia Menor) a partir del VII milenio a. C. Desde allí se habrían irradiado por transmisión cultural y no por migración física hacia Europa, llevando consigo las conquistas de la revolución agrícola del Neolítico oriental. De acuerdo a sus ideas, dichos agricultores eran los Arios. 

Su teoría está expuesta en su libro "Arqueología y lenguaje. El puzzle de los orígenes indoeuropeos".

Renfrew ha gozado de cierta popularidad entre los desprevenidos y los amantes de novedades y de alternativas a la tesis nórdica, hasta que los hititólogos le han demostrado que las lenguas indoeuropeas en Anatolia son más recientes que las no indoeuropeas. Demostraron fácilmente que los hititas, los luvitas y otros pueblos indoeuropeos han sido invasores allí, constituyendo una minoría aristocrática y guerrera y que no hay rastros de Arios en Anatolia, o mejor dicho existen escasos vestigios sólo en zonas restringidas aledañas al río Eufrates.

Renfrew, como todos los arqueólogos que desconocen las cuestiones lingüísticas, quedó malparado ante el primer lingüista que lo puso frente a la realidad de los substratos lingüísticos. El concepto de substrato es la única realidad verdaderamente capaz de demostrar cualquier teoría, siendo por todos aceptada.

En Anatolia habitaban pueblos preindoeuropeos egeo-anatólicos, hattianos, hurritas y caucásicos, sometidos en su momento por los hititas.

Si los indoeuropeos hubiesen partido de esa región habrían sido la gran mayoría de la población, y en cambio han sido una pequeña minoría.

Haber identificado luego a los Indoeuropeos con los pueblos neolíticos ha sido la equivocación más grande que puede haberse inventado. Efectivamente, resulta por demás evidente que los grupos neolíticos que emigraron a Europa desde Anatolia en el VII milenio eran pre-indoeuropeos.

Por lo tanto, también las propuestas de Renfrew han sido demolidas fácilmente por investigadores más rigurosos y especializados.

En conclusión, puedo decir con certeza que hoy en día los especialistas en el campo de la indoeuropeística están mayormente orientados hacia la tesis nórdica.

Prácticamente la zona de origen de los Indoeuropeos es la que había sido indicada a principios del siglo XX, donde se manifestó la cultura mesolítica de Maglemose o maglemosiense, situada entre el Rhin, el Báltico y el Vístula. La península de Jutlandia y Suecia comprendidas.

La misma se prolongó luego en la cultura de Ertebolle y ésta en la cultura Megalítica Nórdica. De esta cultura surgió la cultura neolítica de los Vasos Campaniformes (o en forma de embudos), llamada Trichter Becher Kultur (TRB) en alemán.  Esta última evolucionó luego en la Cultura de la Cerámica Cordada y en la de las Anforas Globulares. Ambas culturas poseían la famosas Hachas de Batalla.  

Es a partir de estas culturas que los Indoeuropeos se difundieron por toda Europa. Es lo que había sostenido Adriano Romualdi.


Ernesto Roli (entrevista con Fabio Calabrese)

 

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