ARTHUR POSNANSKY Y TIWANAKU

 Un ingeniero naval austríaco, Arthur Posnansky, descubrió al mundo las ruinas de Tiwanaku. Posnansky había nacido en Viena en el año 1873 y en el último decenio del siglo XIX poseía una empresa de transporte fluvial para el transporte del caucho que operaba entre Brasil y Bolivia.

En 1899 estalló entre Brasil y Bolivia la guerra del caucho, denominada también del Acre, un territorio hasta entonces boliviano pero que había recibido una fuerte inmigración brasileña y que se dedicaba fundamentalmente a la explotación del caucho y a la extracción de metales preciosos de los ricos yacimientos auríferos.

Las tropas brasileñas ocuparon el territorio en disputa, donde se proclamó el estado independiente de Acre, inmediatamente anexado a Brasil.

Tras unos sangrientos enfrentamientos entre las superiores fuerzas militares brasileñas y las bolivianas, la guerra concluyó en 1904 con la cesión al Brasil de un territorio de aproximadamente 191.00 km2.




Durante esta guerra Posnansky participó en las operaciones bélicas del lado boliviano con sus embarcaciones. Cuando concluyó la feroz guerra, se hallaba en territorio controlado por los brasileños y debió refugiarse en Europa. Pero en 1903 retornó a Bolivia y se estableció en La Paz. Allí tuvo una vida aventurera y variopinta, como ingeniero, minero, historiador, explorador, arqueólogo. 

Fue también un notable fotógrafo. Durante mucho tiempo estudió, fotografió y filmó las ruinas de Tiwanaku, escribiendo muchos libros tanto sobre tales ruinas como sobre las poblaciones del lugar. 

Sus investigaciones, aunque pueden reconocerse ciertos errores, son de gran interés y válidas en muchos aspectos. 

Su libro más conocido es TIHUANACU, LA CUNA DEL HOMBRE AMERICANO, publicado en 1944. Anteriormente había escrito otras obras exponiendo los resultados de sus investigaciones antropológicas sobre los nativos.

Su primera obra conocida es DIE OSTERINSEL UND IHRE PRAEHISTORISCHEN MONUMENTE (Pola, 1895). (*) A ella siguieron TIHUANACU Y LAS ISLAS DEL SOL Y DE LA LUNA, TITICACA Y KOATI (La Paz, 1910), ANTROPOLOGÍA Y SOCIOLOGÍA DE LAS RAZAS INTERANDINAS Y DE LAS REGIONES ADYACENTES (La Paz, 1938), así como un centenar de publicaciones menores.

Posnansky consideraba que la ciudad de Tiwanaku tenía una antigüedad de 15.000 años y que desde allí se difundió la civilización en América. Lógicamente este audaz postulado suscitó una agitada polémica contra él, con el resultado que sus méritos intelectuales han sido escasamente reconocidas. No obstante, algunos de sus planteos ahora son reconocidos por la arqueología catedrática. 




Dick Edgar Ibarra Grasso, una de las máximas autoridades de la arqueología boliviana, ha confirmado la función de observatorio astronómico de las principales ruinas de la ciudad, como también la representación de un calendario en la Puerta de Sol.

El activo ingeniero austríaco pensaba que en Tiwanaku la ciencia había sido muy avanzada considerando los parámetros de la época, fruto de una estructura social sólida que había permitido avanzar metódicamente con los estudios a través de varias generaciones, llegando a comprender y describir el complejo movimiento de los astros.

Pero Posnansky tiene otro gran mérito, el de haber catalogado minuciosamente los monumentos de Tiwanaku con sus particularidades.

Si no hubiese sido por su meticulosa y teutónica paciencia, no conoceríamos muchos detalles, hoy desaparecidos a causa de la erosión del tiempo y de la incuria de los hombres.

Sus primeras publicaciones sobre el Gran Kalasasaya (el gran templo de piedras erguidas) y sobre el Pequeño Kalasasaya (el pequeño templo semi subterráneo) fascinaron rápidamente a los expertos.

En 1929 visitó Tiwanaku un peculiar estudioso alemán, el arquitecto Edmund Kiss. Gracias a sus dotes literarias escribió varias novelas exitosas, tratando cuestiones como el final de la Atlántida y las migraciones de las estirpes arias. De esa manera había ganado suficiente dinero para poder viajar como él quería y en 1928 arribó a Bolivia con el fin de visitar las ruinas de la antigua ciudad vecina al lago Titicaca, que a sus ojos eran similares a las construcciones atribuidas a las poblaciones nórdicas.

Kiss conoció en Bolivia a Posnansky y ambos eran partidarios de la WEL (cosmogonía glacial) de Hans Hörbiger, y ambos consideraban que en los restos arqueológicos de Bolivia se podían hallar confirmación de esta teoría.

Kiss examinó los relieves de la Puerta del Sol, descubriendo un calendario cosmológico con días de 30, 2 horas, muy cercano al hipotetizado por Hörbiger en 29,4 horas.

Ya Posnansky había deducido, por las posiciones de los templos y por sus alineaciones, que tales ruinas podían datarse en una época en torno al 13.000 a. C.

No menos importante, en Tiwanaku se hallaron también restos de muelles, que prueban la existencia de un antiguo puerto sobre el vecino lago Titicaca.

En este lago se encontró una variedad desconocida y degenerada de Hippocampus, más conocido como caballito marino. Fue denominado Hippocampus titicacaensis, y un ejemplar fue llevado al Museo de Historia Natural de Berlín por el mismo Posnansky. Los indígenas lo consideraban una manifestación divina. Pero, ¿cómo pudo aparecer una especie típicamente marina en un inmenso lago de agua dulce a 4000 metros sobre el nivel del mar? Podría deducirse que en cierta época el lago estaba unido al océano y toda la zona se hallaba al nivel del mar.

Otrora el lago Titicaca era mucho más vasto y se ha ido reduciendo progresivamente. Situado a una altura de 3.810 metros sobre el nivel del mar, actualmente el Titicaca tiene una longitud de 204 km,  una anchura máxima de 65 km. y una superficie de 8.562 km2.  Está compuesto por dos cuerpos separados por el estrecho de Tiquina. El mayor, en el norte, es el Chucuito y el minor, al sur, es el Huiñamarca.

Según la arqueología boliviana actual, la civilización tiwanakota se habría desarrollado en un arco temporal entre 1250 a. C. y 1290 d. C. Pero sería más correcto hablar de diversos estadios de tal civilización. Sólo se ha excavado (y poco) el primer estrato. Se presume que, como Troya, se debe hablar de diversas ciudades superpuestas a través del tiempo. 


Gianfranco Drioli


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(*) La ciudad de Pola está ubicada en Istria, actualmente perteneciente a Croacia. Traducción: LA ISLA DE PASCUA Y SUS MONUMENTOS PREHISTÓRICOS. 

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