LOS DRUIDAS

 Druida era el nombre que se daba al sacerdote en el sistema religioso de los celtas. El nombre proviene del radical DRU-, que es superlativo, y de un término emparentado con el latín VIDERE y el griego IDEIN.

Un druida es pues uno MUY VIDENTE o MUY SABIO. Los druidas constituyen una clase sacerdotal muy poderosa, dentro de la cual se agrupan distintas especializaciones y una jerarquización muy estricta.




El druida propiamente dicho está en la cúspide de esta jerarquía. Cualquiera puede acceder a la clase druídica después de realizar largos estudios, de por lo menos 20 años. 

El druida participa en la vida social, política, cultural, jurídica y religiosa del grupo a que pertenece. Forma, con el rey, una auténtica pareja, un poder bicéfalo sin el cual nada puede hacerse. El es quien inspira la acción que el rey ejecutará. En una asamblea, el rey habla siempre a continuación del druida, pero éste no es nada sin el rey.




En la Irlanda precristiana, el druida pasó a ser un FILE, y fue a FILI(*) a quienes convirtió San Patricio al Cristianismo. En el continente, las autoridades romanas prohibieron a los druidas la enseñanza, y la institución druídica se extinguió poco a poco. 

En la Gran Bretaña, los druidas se mantuvieron por más tiempo, pero fueron integrándose paulatinamente a la clase sacerdotal cristiana. A partir de fines del siglo XVIII se ve reaparecer a druidas, pero éstos no son más que neo-druidas que no poseen ningún vínculo con los druidas de los tiempos de la independencia céltica. De hecho, el druida sólo puede existir en el marco de una sociedad céltica.

(*) En el siglo IV d.C., en la época de San Patricio, los druidas son despreciados y comparados a simples hechiceros, entonces es cuando los FILI, a la vez poetas, sabios y juristas, ocupan la cúspide de la jerarquía druídica.


Jean Markale: PEQUEÑO DICCIONARIO DE MITOLOGIA CELTICA

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