LONGOBARDOS

 Los longobardos fueron uno de los pueblos germánicos que protagonizaron el gran movimiento de población en Europa durante las postrimerías del Imperio Romano de Occidente.

El antecedente de los longobardos sería la etnia de los WINNILOS, originaria del sur de Suecia. 

El primer registro escrito donde aparecen mencionados los lombardos data del siglo V d.C. En ese momento habitaban la zona de Mecklemburgo, al oeste de la actual ciudad de Hamburgo, en el bajo Elba. Desde allí migraron a la baja Austria y Baviera y luego hacia Panonia y Norica, en Europa central (Hungría, Eslovenia, Bohemia). 

Finalmente, se instalaron en el norte y centro-sur de Italia, donde fundaron un reino y varios principados a lo largo de la Alta Edad Media, cayendo finalmente bajo el dominio de los francos en el norte (aliados con el Papado) y los normandos en el Sur. Darían su nombre a una región del norte de Italia, con centro en Milán (la Mediolanum de la Céltica Cisalpina).




La etimología de lombardos remite por un lado a la leyenda según la cual para enfrentar a sus enemigos en el norte de Europa, un oráculo les habría indicado que sus mujeres deberían colocarse sus largos caballos por delante de la cara y atarlos en la parte inferior de la misma, semejando largas barbas (lang-bart en germánico). De esa manera serían confundidas por los enemigos con hombres y así engrosarían el número virtual del ejército longobardo. En general, los pueblos germánicos no llevaban barba.

Esa leyenda se relacionaría con la conversión al wotanismo de los iniciales longobardos, ya instalados en región del Bajo Elba. Wotan u Odín era el dios sabio y guerrero de larga barba.

Otra etimología remite al pueblo que portaba "largas lanzas" y otra a la zona vecina al mar Báltico donde residieron al principio de la era cristiana: "los que habitaban la larga o extensa planicie".


Leonardo Spissa


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