ORO, COMERCIO Y MONEDA DURANTE EL MEDIOEVO

El Occidente romano empezó a decaer repentinamente después del año 410. La política monetaria del Imperio de Occidente se modificó de acuerdo con la decadencia económica. La mayoría de las casas de moneda cayeron en esa época en manos de los bárbaros, sólo cabía esperar que los reyes bárbaros siguiesen acuñando moneda con las efigies de los emperadores. 

Lejos de testimoniar la persistencia de la unidad económica del Imperio, como dice Pirenne, el hecho de que los reyes bárbaros acuñaran con monedas atestigua su desunión política y económica.

Véase también la costumbre de los gobernantes europeos medievales y aun de los obispos, en los siglos XI y XII y aún antes, de acuñar moneda de modelo extranjero, inclusive el musulmán, y de copiar sus modelos hasta con detalles tales como palabras árabes y citas del Corán. 



Este amplio uso de modelos extranjeros más que nativos no indica que que los gobernantes occidentales estuviesen más "unidos" a los musulmanes de lo que lo estaban los gobernantes germanos con el Imperio Romano Oriental antes de esa época.

En ambos casos tenemos ejemplos de economías más débiles que indican su respeto por las más fuertes copiando sus símbolos externos y tratando así de asegurar una mayor estabilidad de los valores intercambiados.

En ambos casos se reconocía que el valor del dinero se basa en la confianza. Asimismo, esa práctica se parece a la costumbre moderna, prevaleciente en muchas partes del mundo, de representar en dólares los valores hasta en lugares donde aparecen rara vez los dólares norteamericanos auténticos, si es que aparecen. 

Parece claro que las razones del retroceso económico del Imperio Romano de Occidente no deben buscarse en el oro y sus cambios de valor sino en otra esfera. 



La circulación del oro es sólo un índice engañoso. Como lo observó Marc Bloch, aunque las monedas de oro de tipo local no se acuñaron en algunas partes de Europa desde el siglo IX hasta el XIII, el oro en general y aun las monedas de oro, en cantidades relativamente pequeñas, no dejaron de circular. 

Podemos llegar así a la conclusión de que el comercio de Occidente no dependía del oro, sino de que el oro dependía del comercio; de que, en el período que medió entre los años 200 y 700, el Occidente usó de manera amplia las existencias que habían subsistido de los primeros tiempos del Imperio, traídas por los bárbaros o donadas con algún fin por el Imperio de Oriente; y que la razón de esa pérdida fue la decadencia económica general de Occidente, inclusive la de la actividad comercial. 

Todas esas pruebas sugieren que el proceso de decadencia comercial empezó mucho antes de que los musulmanes aparecieran en Europa. Podría añadirse que hay pocas pruebas que sustenten la afirmación de Pirenne de que los musulmanes querían cortar o cortaran el comercio de Occidente. En ese sentido, algunos de los gobernantes merovingios son mucho más censurables.


William Caroll Bark: ORÍGENES DEL MUNDO MEDIEVAL

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