LOS ORCOS

La palabra orco proviene del anglosajón y se relaciona con diversos monstruos de la mitología celta, asociadas con asaltos y crímenes sangrientos perpetrados en campos y bosques. En castellano se la evolucionó hacia la forma ogro.

El orco tiene aspecto antropomorfo y su piel es de color verde. Son muy fuertes y feroces, actúan en manada y son astutos pero poco inteligentes.

Los orcos, en tanto entidades malignas, luchan contra las fuerzas del Bien, las potencias celestiales o de lo Alto.




El concepto alcanzó gran popularidad en el mundo contemporáneo gracias al SEÑOR DE LOS ANILLOS, la obra del escritor católico inglés J.R.R. Tolkien.

En la mitología romana Orcus designa al mundo subterráneo y, en ocasiones, también a un gigante hijo del dios Plutón, el señor de los muertos. De allí deriva el castellano Huerco.

En la mitología germánica el Huarg o warg tiene el aspecto de un lobo inmenso. En antiguo nórdico warg es el eufemismo usado para designar al lobo (ulfr). Con ese sentido ha pasado al sueco moderno.

El origen indoeuropeo de este ser queda claramente testimoniado al encontrarse en una lengua irania de Gilan (norte de Persia) la palabra warg designando al lobo.

La figura del wendigo presenta ciertas similitudes con la del orco.


Greg Haedwom





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