EL BAFOMET DE LOS TEMPLARIOS Y LA CABEZA PARLANTE

 Reproducimos en esta entrada parte de un capítulo del libro LOS TEMPLARIOS ESTÁN AQUÍ (Gerard de Sède) donde se informa acerca del extraño Bafomet, al cual supuestamente rendían culto los Caballeros Templarios. Resulta interesante relacionar esta entidad con la cabeza parlante que habría pertenecido al papa Silvestre II y sobre la cual nos hemos extendido en:

 https://melmothlibros02.blogspot.com/2024/02/silvestre-ii-el-papa-de-los-numeros.html

---------------------------------------------------------

El último cargo de la acusación contra los Templarios era la adoración de un ídolo. Su descripción había sido suministrada a los investigadores por el inquisidor de París, Guillermo Humbert, incluso antes de que comenzaran los interrogatorios. Se trataba de una "cabeza de hombre con una gran barba", y a los Templarios se les reprochaba que la presentaran como la "imagen del verdadero Dios y el único en el que había que creer".

Esta acusación de idolatría no dejaba de ser curiosa por cuanto toda la catolicidad de la época se imaginaba a Dios Padre como un anciano barbudo. En resumidas cuentas, el crimen de la Orden habría sido el de ofrecer a la adoración de sus adeptos solamente la cabeza, en vez del cuerpo entero.

Cierto es que el supuesto ídolo llevaba el extraño nombre de Bafomet, sobre el cual en lo futuro iban a devanarse los sesos legiones de eruditos investigadores. Este nombre había sido revelado desde el principio del proceso por algunos Templarios de poca categoría, que dijeron haberlo oído pronunciar a algunos jefes de la Orden.




Conviene destacar que Bafomet en langue d'oc, en occitano, significa Mahoma {nota del editor: es un fenómeno común trocar b en m o viceversa, de allí que en la Argentina, por ejemplo, algunos dicen "alMóndiga" por albóndiga}, y era con este significado como ellos lo habían entendido.

Así, sin pretender profundizar más, la acusación creyó haber obtenido ya un punto considerable contra los acusados: el ídolo de los Templarios era Mahoma.

Pero, por haber compartido durante casi dos siglos los Santos Lugares con los judíos y los mahometanos, los caballeros del Templo tenían, al menos, sobre sus acusadores, la superioridad de saber, gracias a sus lecturas del Pentateuco y del Corán, que estas dos religiones rivales consideraban una bufonada sacrílega pretender dar figura humana a Aquél al que su misma Magnitud prohíbe incluso nombrar, y con mucha más razón, prestarle acatamiento bajo la imagen de su simple profeta.

Además, a medida que se les interrogaba, los Templarios daban del pretendido ídolo descripciones discordantes, excepto sobre un punto: siempre se trataba de una simple cabeza.

Numerosos son los historiadores que por tales discordancias han negado la existencia de Bafomet.





Comentarios

Entradas populares de este blog

LAS CARRETERAS ROMANAS, LAS PIEDRAS MILIARIAS Y LA MANERA DE CONSTRUIRLAS

¿CUÁNDO SURGIÓ EL JUDAÍSMO?

JOSEPH CAMPBELL Y LA MITOLOGÍA