EL GRIAL Y SU NATURALEZA PELIGROSA

 La naturaleza peligrosa del Grial se nos manifiesta en relación con el tema del "puesto peligroso" y con la prueba que éste constituye para quien desea asumir el papel del "héroe esperado" y la función de jefe supremo de los caballeros de la Tabla Redonda.

Se trata del "puesto vacío" o "puesto decimotercero" o "puesto polar" (es decir, central), puesto bajo el cual se abre el abismo, o que es fulminado cuando en él se sienta un personaje indigno y no un elegido.

Sólo podrá buscar el Grial quien se haya sentado en el sillón de oro construido por una mujer sobrenatural. Seis caballeros que han intentado sentarse en él son absorbidos por una súbita vorágine. 

Parsifal se sienta también, retumba un trueno terrible, la tierra se abre, pero él sigue tranquilo en su puesto. Impasible, en su tranquila dignidad, en la pureza de su fuerza, nada puede contra él. 

En Robert de Boron, después de eso, al audaz que ha soportado esta prueba, y también a todos los caballeros de la Tabla Redonda, se impone una serie ulterior de aventuras, que constituyen la vía para la conquista definitiva del Grial.




La Queste du Graal y la Morte Darthur presentan el tema en una forma aún más directa: el puesto peligroso es ocupado felizmente sólo por quien ha superado la "prueba de la espada", que consiste en desclavar una espada de una piedra, demostrando con ello ser el mejor entre todos los caballeros.

Cuando se consigue pasar esta prueba, el Grial se manifiesta en la Corte del rey Arturo, resplandece una luz más que el sol, el Grial aparece mágicamente emanando su aroma y dando a cada caballero el alimento que le es adecuado.

Este aspecto peligroso del Grial es considerado como el caso límite de lo que el Grial puede precisamente operar a tenor de la variada naturaleza de quienes entran en contacto con él.

La fuerza del Grial destruye a todos aquellos que intentan empuñarla sin tener la calificación adecuada, que tratan sin embargo de usurparla repitiendo el gesto titánico, diabólico, o prometeico. 

Una expresión harto significativa se encuentra al respecto en Wolfram, cuando éste dice en sentido figurado que, para los culpables, el Grial se hace tan pesado, que aquéllos ni siquiera todos juntos podrían sostenerlo.


Julius Evola: EL MISTERIO DEL GRIAL

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