LA ATLÁNTIDA Y AMÉRICA

 

En el diálogo TIMAIOS (el Timeo), Platón hace referencia a una gran isla ubicada en el medio de un gran mar tras el estrecho denominado Columna de Hércules. Esa isla era más grande que Asia (Menor) y Africa (su parte norte sobre el mar Mediterráneo) juntas. Tras ella ("del otro lado") había un conjunto de islas y más ella de éstas un continente.

Son estas referencias la base de un proceso histórico y geográfico entre los más intrincados que se conozcan, y al mismo tiempo del romance más cautivante de todas las épocas. Fueron escritas por el filósofo ateniense en el siglo IV a.C.

Analicemos sus elementos constitutivos.

En primer lugar, un punto de referencia que parece, ya a primera vista, bien definido: las columnas de Hércules, es decir, el estrecho de Gibraltar.

Ha establecido la crítica moderna que en la geografía de los antiguos figuraban varias angosturas del mar con ese mismo nombre mitológico, tanto hacia occidente como hacia oriente, pero no es todavía el momento de internarnos en este camino meandriforme.

Las columnas de Hércules forman hacia adentro la embocadura de una especie de bahía angosta, que sería el Mediterráneo. Por el otro lado, hacia afuera, en el verdadero mar, se suceden una tras otra tres entidades geográficas bien distintas:

1º) Una isla grande como Africa y Asia reunidas. Es Atlantis.

2ª) Una serie de islas que el texto deja suponer menores.

3ª) Una tierra que limita dicho mar del otro lado, una verdadera tierra firme.

Superfluo es decir que esta descripción tuvo que parecer, después del año 1500, una imagen perfecta del Océano Atlántico tal como lo habían revelado los viajes del descubrimiento de América. Una vez quitada del medio la "isla" grande como Africa y Asia reunidas, porque Platón mismo la hace englutir por el mar 9000 años antes de Solón, quedan las islas menores, que pueden ser identificadas tanto con las Bahamas como con las Antillas, y luego el continente, identificable con América.

Adoptando las "mangas anchas" del más despreocupado optimismo, dejaremos de preguntarnos en qué medida el vocablo "continente", el cual aparece en todas las traducciones corresponde realmente a la idea del texto.

Platón emplea la palabra épeiros, es decir, "tierra firme", en contraste con nésos, isla. 



Por antonomasia es épeiros la tierra firme de la Balcania (Epiro), considerada en oposición a las islas Jonias y al Peloponeso.

Por otro lado, esa "tierra firme" puesta más allá del océano no es más que la ribera opuesta que limita el gran anillo de agua, Oceanós, que en la mente de los cosmógrafos de la antigüedad circundaba de todos lados el óvalo terrestre habitado por los hombres, y esto se ve claramente en Herodoto, Homero, etc. y hasta en el mapa de Cosma Indicopleustes (siglo VI d.C.) y en el de San Severo (siglo XI). El sentido circular de esa gran masa acuosa queda así claramente expresado.


José Imbelloni: LAS PROFECÍAS DE AMÉRICA Y EL INGRESO DE ATLÁNTIDA EN LA AMERICANÍSTICA

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