LOS HITITAS Y EL DESCIFRAMIENTO DE SU LENGUA

 

Las fuentes asirias a menudo hablaban de la "Tierra de los Hatti" (o "Chatti", porque podía leerse de ambos modos) y los egipcios mencionaban una y otra vez sus batallas con el pueblo "Heta" o "Keta".

La más extensa de las inscripciones egipcias acerca de las victorias faraónicas fue una que Ramsés II hizo tallar en un templo de Tebas para conmemorar su victoria sobre los hititas en Kadesh, cerca del río Orontes.

Dedicado a su pasión, el clérigo galés Archibald Henry Sayce recorrió todo el Medio Oriente en busca de inscripciones, esculturas, tallas en rocas. Apareció en Turquía, donde se hizo sostener con cuerdas desde la parte superior de farallones para poder observar de cerca desgastadas inscripciones.

Fue un hombre posterior quien penetró el código de la escritura cuneiforme hitita y realizó el casi increíble descubrimiento de que el idioma hitita no era oriental sino indoeuropeo y perteneciente al grupo de idiomas que se hablan en la India, en el Asia occidental y en la mayor parte de Europa.

La palabra que brindó un indicio de la naturaleza indoeuropea del idioma hitita fue "comer". El joven estudioso Bedrich Hrozný lo descubrió poco antes del estallido de la Primera Guerra Mundial.

A diferencia de la mayoría de los grandes descifradores de códigos, Hrozný no era clérigo. Pero sí era el hijo de un clérigo nacido en 1879 en Bohemia, actualmente parte de la República Checa. El padre deseaba que el joven fuera sacerdote y mientras estudiaba obedientemente teología protestante, se interesó en el antiguo Oriente y en las lenguas orientales. Estaba en camino y a su debido tiempo dio con la extraña escritura cuneiforme de los hititas.

Comenzó, como hacen todos los estudiosos de lenguas desconocidas, tratando de descubrir formas que parecieran familiares porque eran conocidas en otros idiomas. Con la ayuda de jeroglíficos o ideogramas, descifró "pez" y "padre" y algunos nombres propios.



Gradualmente, debido a las estructuras de algunas oraciones, empezó a sospechar que quizá el hitita fuese indoeuropeo. De serlo, se habría demostrado que la mayoría de los historiadores del Medio Oriente estaban equivocados. Pero era tan poco lo que se conocía aún de los hititas, que Hrozný relegó la idea al fondo de su mente y siguió trabajando.

Un día dio con una oración que, convertida al alfabeto romano, se leía: Nu, nindaan ezzateni watar-ma ekuteni.

La única palabra que Hrozný reconoció con seguridad fue la segunda, ninda, que pudo deducir porque su símbolo era similar a un ideograma sumerio o babilónico para la misma palabra. Significaba "pan".

Mientras estudiaba la palabra, decidió que sería lógico que una de las palabras significara "comer". Observó con atención la palabra ezzateni y pensó. En latín, comer era edere, en griego, edein

Tomó un papel y escribió las palabras. Entonces pensó en el alto alemán, que conocía muy bien: la palabra para "comer" era essen

Si las primeras palabras de la oración decían "pan" y "comer", entonces sería lógico que la segunda mitad dijera "agua" y "beber". Estaba la palabra watar, tan parecida al inglés water y al alemán Wasser.

A partir de ese momento, Hrozný aplicó su teoría indoeuropea a cuanto texto hitita encontraba. En general le daba buenos resultados, aunque también encontró muchas palabras tomadas de fuentes orientales y semíticas.

Publicó un informe preliminar en 1915 y otro, definitivo, en 1917. Fue una de las obras de desciframiento más detalladas y completas de una lengua muerta que se hubiese presentado nunca al público en una sola entrega y llevaba el título EL IDIOMA DE LOS HITITAS: SU ESTRUCTURA Y SU PERTENENCIA A LA FAMILIA LINGÜÍSTICA INDOEUROPEA.


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