DOS MODELOS NARRATIVOS COSMOGÓNICOS

 

En el desarrollo de las cosmogonías existen dos posibilidades, dos modelos narrativos: el uno puede llamarse biomórfico, el otro tecnomórfico.

El modelo biomórfico introduce parejas de sexo diferente, fecundación y nacimiento.

El tecnomórfico presenta a un creador bajo el aspecto de un hábil artesano.

El modelo biomórfico lleva al nacimiento de generaciones sucesivas, con la posible lucha entre los Antiguos y los Nuevos, un "mito de sucesión", como se encuentra en el relato babilónico ENUMA ELISH, en la versión hitita, en Hesíodo.

Uno está tentado de definir como griego el modelo biomórfico y bíblico el tecnomórfico. 

Hesíodo adoptó plenamente la versión biomórfica, mientras que el GÉNESIS es el libro de la creación: "Dios hizo", "sacó a Eva de una costilla".

Sin embargo, los testimonios son más complejos, y se hallan significativas combinaciones de ambos modelos, como en el ENUMA ELISH, o aun en la teogonía órfica, en la forma en que la conocemos mediante el papiro de Derveni.

Estos textos introducen algunas generaciones de dioses, pero al fin presentan al dios principal planificando la creación. La creación es más racional y da al autor la oportunidad de describir detalladamente los objetos.

Cuando en el ENUMA ELISH Marduk abatió a Tiamat, la madre primordial, el monstruo del mar, "el Señor dividió la forma monstruosa y creó maravillas. La cortó en dos, como un pescado para secar, y puso una mitad en alto, como techo para el cielo". También tenemos aquí la división entre cielo y tierra.

El ANTIGUO TESTAMENTO es mucho más expeditivo. Elohim dijo: "que haya luces en el firmamento del cielo para distinguir el día de la noche" y "Elohim hizo las dos grandes luces, la luz mayor para regular el día y la luz menor para regular la noche, y las estrellas".

Hesíodo es menos preciso: "Theia engendró a Helios grandes y a Selene luminosa, y a Eos que sobre todos los mortales resplandece, yaciendo con Hiperión en amor".

Nadie afirmaría que Hesíodo es más racional que los orientales. Se limita a proporcionar nombres a los conceptos de "divino" (theía) y de "caminar sobre, el que va por encima, el que camina en las alturas" (Hiperión).

El concepto de "creador del mundo" es rechazado decididamente por Heráclito: "este orden del mundo ningún dios u hombre lo ha creado". Parece desarrollar el modelo biomórfico en un modelo fitomórfico, en que el principio del crecimiento va de acuerdo con leyes internas como en el caso de las plantas.




La palabra griega para un "crecimiento" de este tipo es phýsis, que luego fue traducida al latín como natura

Phýsis se convirtió en el slogan de la primera filosofía griega, la "filosofía natural presocrática", aunque no se afirmara hasta dos generaciones después de Heráclito.

Sin embargo, casi ninguno entre los sucesores de Heráclito puede pasar sin el concepto de creador. Parménides introduce a un "demon" femenino que gobierna todas las cosas y crea potencias divinas como Eros. Anaxágoras asigna una función similar a nous ("mente"), el principio que se encontraba en el origen de toda diferenciación. 

En Empedoclés, "Amor" construye órganos y organismos en su taller. Sólo Demócrito intentó excluir a nous ("mente"), de la formación del macrocosmos y del microcosmos. 

La reacción llegó con Platón y Aristóteles. El Timeo de Platón estableció definitivamente el término "creador" (demiurgós) en la filosofía griega.


Walter Burkert: DE HOMERO A LOS MAGOS

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