LOS GODOS, EL RAGNARÖK Y EL EVANGELIO DE SAN JUAN
La cosmogonía de los godos era conocida por los fundadores del cristianismo, ya que se encuentran ecos de la misma en el APOCALIPSIS DE SAN JUAN.
Juan menciona expresamente a los godos con los nombres que les había dado la Biblia: Gog y Magog. Los convierte en actores del último combate escatológico que acabó en un vasto incendio ("Y bajó de junto a Dios un fuego del cielo y los devoró", XX,9) y abrió el camino a una regeneración cósmica:
"Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva. En efecto, el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no está. (XXI,1)
Es exactamente el escenario del Ragnarök, el fin de un ciclo cósmico en la cosmovisión germánica.
Los iniciados de la Edad Media que tenían como lectura favorita el Apocalipsis (Revelación, en griego) de Juan, "el libro sellado con los 7 sellos", no dejaban de meditar sobre esta semejanza.
Cuando, en las catedrales góticas, se reunían ante la cruz, sabían bien que este emblema, el más antiguo de la humanidad, simboliza los ejes perpendiculares de los solsticios y los equinoccios, la muerte y la resurrección, eternamente renovadas, del Sol, y que la sigla INRI que la remata se puede leer: Igne Natura Renovatur Integra: La Naturaleza entera es renovada por el fuego.
Lo mismo que San Juan, habían comprendido que la cruz, de rasgos invisibles, era aquella sobre la cual se había cumplido la muerte ritmada de todos los dioses cósmicos, que tenían figura y número de Hombre o figura y nombres de Bestia.
Finalmente, ejercían su sagacidad sobre los elementos "no figurativos", ya que se disimula una verdadera criptografía en la decoración de las volutas, en la forma y en el número de los compartimientos de los vitrales.
En efecto, mucho más que el empleo de la bóveda ojival en arquitectura, lo cual es sólo una característica particular, lo que constituye la esencia del estilo gótico es que se trata de un estilo en clave, en el cual todo es símbolo.
Gérard de Sède: EL MISTERIO GÓTICO
Comentarios
Publicar un comentario