LA DEPORTACIÓN DE POBLACIÓN SOVIÉTICA DURANTE LA II GUERRA MUNDIAL

 

Entonces pude asistir a uno de los espectáculos más denigrantes de la vida en Rusia. A medida que los ejércitos soviéticos avanzaban desalojando a los alemanes, en el territorio recuperado se procedía a la detención en masa de mujeres, viejos y niños, los cuales, sin formación alguna de causa, eran trasladados a las regiones árticas.

Se les acusaba de colaboración con el enemigo. En realidad lo que se perseguía era que aquellos pobres seres no pudieran atestiguar que bajo la ocupación alemana, a pesar de su barbarie, habían vivido mejor que bajo la dictadura bolchevique.

Además, con las deportaciones, se reforzaba el frente de esclavos de trabajo, debilitado por la guerra.




Podíamos ver a diario pasar trenes y trenes cargados de material humano destinado a morir sobre la nieve. A cada paso de un nuevo tren, descargaban docenas de enfermos, ya casi muertos, que pronto irían a aumentar las interminables filas de cadáveres de aquellos lugares.

Estos nuevos esclavos eran destinados a las minas de carbón o a la construcción de edificios. Con más suerte que nosotros, el camino lo hacían en tren y no a pie. De todos modos, de poco les servía porque el trágico final era el mismo.

Durante todo el año 1943, llegaron miles y miles de esclavos procedentes de las repúblicas del Cáucaso, Ucrania y Bielorrusia, es decir, de aquellos territorios que los alemanes iban abandonando.


Vicente Monclús Guallar: 18 AÑOS EN LA U.R.S.S.

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