TRAS LA TUMBA DE TUTANKAMÓN (2ª parte). LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL EN ORIENTE PRÓXIMO
A comienzos de la I Guerra Mundial, cuando comprendieron que los británicos estaban acorralados en distintas partes de su imperio, los turcos aprovecharon la oportunidad en 1915 de reafirmar su autoridad sobre Egipto. Los británicos los rechazaron.
Pero, cuando a su vez, los turcos derrotaron a los británicos en Gallipoli, siguieron su victoria con una segunda invasión a Egipto en 1916. Una vez más los británicos rechazaron al ejército otomano y, en el proceso, invadieron la península de Sinaí y llevaron a la guerra a los turcos a los turcos atacando Palestina. En adelante, la guerra fue decayendo en el escenario egipcio.
Durante esos ataques y contrataques los británicos necesitaron en forma creciente reclutar fuerza laboral egipcia para construir fortificaciones y trasladar provisiones a los frentes de combate.
Con su buena relación con los árabes y su conocimiento de Egipto, Carter fue destinado a un departamento donde se efectuaba la movilización de los batallones de trabajadores.
El reclutamiento de estos trabajadores fue uno de los aspectos más sórdidos de la Primera Guerra Mundial. Sir David Kelly, ex Ministro de Asuntos Exteriores, denunció toda la operación en severísimos términos, como realizada con un máximo de despilfarro, corrupción y brutalidad.
Carter, un funcionario público tan dedicado como Kelly, también se sintió consternado por el desprecio y el mal trato que sus compatriotas demostraron hacia los nativos.
Ese trato brutal que se le dio al campesino egipcio durante la Primera Guerra Mundial obviamente encendió las llamas del nacionalismo egipcio militante que condujo al levantamiento de Zaghlul Pasha en la década de 1920 y tiempo después a la toma del Canal de Suez por parte de Nasser en la década de 1950, lo que permitió que Egipto resurgiera como potencia independiente.
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