LA DETENCION DE LA EXPANSION CELTA

 La detención de la expansión céltica se hace irreversible en el último cuarto del siglo III a. C.

En Italia, tras una sangrienta derrota en Télamon, en la costa de Etruria, en 225 a. C., las últimas esperanzas de los celtas cisalpinos se hunden con el fracaso del plan cartaginés.

Una tras otra, las tribus galas se someten a la dominación romana o, como parece que hicieron parte de los BOIOS en el año 191 a. C., vuelven a cruzar los Alpes para reintegrarse al mundo transalpino.

La ocupación romana es rápida y de tremenda eficacia. Cuatro después de la sumisión de los boios, una vía de 250 km. de longitud, la Via Emilia, comunica Ariminum (Rímini) con Placentia (Piacenza), asegurando así, con el paso del Po, una posibilidad de intervención rápida en la Transpadania.

Por otra parte, la fundación de Aquilea (1) algunos años después asegura la vigilancia de la ruta del ámbar, que desemboca directamente sobre unos territorios célticos densamente poblados, constituyendo así una amenaza constante para la Italia del norte. 

La posibilidad de penetración económica hacia la Nórica (2) se explotó  más tardíamente, como lo demuestra la excavación de la importante estación de Magdalensberg, en Carintia, donde se fundó una ciudad romana de mercaderes en el siglo I a. C.

Así empieza a actuar la presión romana sobre la frontera sudoriental de los territorios célticos del Danubio, donde sin embargo asistimos a una acomodación del poder celta, que por el momento apenas habría sufrido de la ofensiva dacio-geta en su periferia oriental.

El enclave céltico de Tracia, el reino de Tylis, llamado a desempeñar un papel nada despreciable todavía hacia el 220 a. C., desaparece unos diez años más tarde, tal vez como consecuencia del paso de un contingente céltico de Tracia hacia Asia Menor.

En el sur de las Galias, la ocupación de España por los romanos tuvo como consecuencia la anexión del último trozo de costa del Mediterráneo occidental, que había quedado fuera de su control hasta entonces, y la creación de la Provincia (Provenza) en el año 125 a- C.

La reacción de los ALÓBROGES y de los ARVERNOS, que ven amenazados sus privilegios comerciales, termina con su derrota, y Roma puede asegurarse una de las comunicaciones vitales de la Galia: el valle del Ródano entre el oppidum de Genava (Ginebra) y el Mediterráneo.

En su periferia septentrional, el mundo céltico debe hacer frente a una nueva amenaza: el avance de los pueblos germánicos. La primera colisión se produce hacia el 120 a. C., cuando los cimbros, un pueblo originario de la actual Dinamarca, chocan violentamente con la más poderosa tribu céltica de Centroeuropa, los BOIOS, cuyos territorios se extendían probablemente desde Baviera y Bohemia meridional hasta la parte occidental de la actual Eslovaquia.

Los boios consiguieron rechazar al invasor, que volvemos a encontrar en el 113 a. C. en Nórica, donde infligen una derrota a los romanos, que habían salido a su encuentro, cerca de NOREIA (identificada, sin mucha seguridad, con la estación de St. Margaretten, en el sudoeste de Estiria).

Esto parece indicar que la intervención de los boios no impidió que la invasión romana tomase el trayecto meridional de la ruta del ámbar.

Lo que sucedió a continuación es un verdadero rompecabezas para los historiadores, pues algunos años más tarde los cimbros reaparecen en la Galia, donde arrasan la Provincia en compañía de otros pueblos de origen germánico o céltico -los teutones, los tigurinos (tribu helvética), los ambrones-, y con ayuda de los volcos tectosages de la zona de Toulouse.

Los volcos son derrotados en 106 a.C., los teutones en 102 a. C. cerca de Aix-en-Provence, y los cimbros al año siguiente cerca de Vercelli, en la llanura piamontesa.

Venceslas Kruta : LOS CELTAS

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Notas

(1) Antigua ciudad romana en la costa del mar Adriático, al borde de una serie de lagunas, alrededor de 10 kilómetros tierra adentro, sobre el río Natiso (hoy Natisone).

(2) La Nórica o reino Nórico fue una federación de tribus célticas ubicado en territorios de la actual Austria, la Baviera alemana y parte de Eslovenia. Terminó siendo convertida en una provincia romana.